Barca Porteña aun a flote

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Puntarenas FC 2 - 2 Alajuelense

Puntarenas. De entrada la conclusión: Alajuelense fue mejor que el Puntarenas FC, y si la semifinal entre ellos aún no está decidida es por los mismos manudos.

Generosos con el esfuerzo físico y muy correctos con el trato de la pelota (como pocas veces en esta temporada), los liguistas dejaron sobre elLito Pérez la sensación de ser el mejor equipo.

No ganaron porque con dos errores groseros mantuvieron la barca del Puerto a flote.

Los liguistas no tardaron mucho en dejar patente su mejor hacer sobre el terreno de juego: con solo tres minutos de juego pusieron los números de su lado, gracias a un gol de Víctor Núñez y la pasividad de la defensa chuchuquera.

De ahí en adelante, la Liga manejó el juego; los porteños, anonadados y confundidos por el contraste, no atinaban a montar un ataque capaz de generar alguna preocupación y desatención en la zaga manuda.

Carlos Hernández fue bujía y los alajuelenses enseñaron la mejor cara que se les ha visto durante la campaña: pelota al pie, pases con criterio, seguridad atrás y una transición rápida y peligrosa a la ofensiva.

Siempre hay un ‘pero’. En eso estaba el juego, cuando vino la torpe acción de Rafael Rodríguez: en el área, lo dejó maniobrar a Mario Camacho y luego le cometió una aparatosa falta. ¡Penal!

Kurt Bernard cobró e igualó los números (33’) para los porteños. Sin haber hecho su mejor juego, los naranjas iban igualados.

Entonces apareció Núñez de nuevo, con un gol de esos que hace exclamar a la tribuna: “¡Qué rico la pegó!”

Si la definición delMambo para el 1-2 (38’) fue exquisita, el previo de la jugada debe recordarse por las agallas de Pablo Herrera para recuperar la pelota y la finta de Cristian Montero para entrar al área.

La sensación de que el mejor equipo era el que ganaba se instaló en la retina de los presentes.

Hay que reconocer que los porteños mejoraron en el segundo tiempo, no en juego pero sí en ambición: perder en casa al inicio de una serie de ida y vuelta es una mala noticia para cualquier equipo.

Lo que pasa es que a los porteños les sobró corazón y les faltó seso y calma. Aunque apretaron no fueron capaces de hacer sentir a sus adversarios el rigor del ataque.

El partido estaba en plena agonía y la desesperación gobernaba tribuna y equipo naranja, cuando llegó el empate.

Suena feo decirlo, pero se lo encontraron: un error del meta Wardy Alfaro dejó la bola viva en el área, Kevin Sancho la tomó y Eduardo Gómez la hundió de cabeza (83’).

Minutos finales del cotejo y el Puerto se va en busca de completar un regreso que no estaba en los planes de nadie. Casi lo logra con una chilena de Bernard (85’), que heló la sangre manuda.

Esa acción reanimó a la afición, la cual esperaba, por milagro o esfuerzo, una tercera anotación que les deparara el triunfo local.

Pero eso nunca llegó, el árbitro Walter Quesada repuso el tiempo necesario, alzó sus manos y decretó la conclusión del partido.

Al final, un empate que debió ser triunfo liguista; lo que pasa es que en el futbol no hay méritos: hay goles y punto.

Los 90 minutos restantes, programados para el domingo a las 11 a. m. en el Morera Soto, darán el veredicto definitivo.

Sin embargo, por lo visto, parece que la Liga se enrumba al puerto de la final.