Hola, soy yo, don Pepe Figueres. He estado observando todos estos años la situación de Costa Rica, y es el momento que diga unas palabras. Habrán de disculparme ustedes porque he llegado un poco tarde, pero es que tenía que terminarme la bolsa de confites, o si no alguien más se los iba a comer.
En esta época donde tantos problemas nos agobian, encuentro un pueblo costarricense dividido, así como cuando combatí en el '48. Muchos de ustedes son muy jóvenes para haber estado allí, pero yo lo recuerdo como si fuera ayer.
La democracia que por la que tanto luchamos está siendo socavada por grupos populistas y extremistas, cuyo fin es frenar el progreso del país, escondiéndose detrás de la bandera de nuestra Patria que no se merecen.
Allá en La Lucha, bajo aquel guayacán por la casa, en una ocasión miré al cielo una noche y me pregunté a mí mismo "para qué tractores sin violines?". Pero costarricenses, hoy más que nunca ocupamos los tractores. Es su deber como ciudadanos de Costa Rica aumentar la productividad y competir en mercados internacionales.
Mientras viví siempre dije que hemos sido modestos aliados de Norteamérica desde la Primera Guerra Mundial, y estamos dispuestos a seguir siéndolo. Hoy, amigos ticos, es el momento de honrar nuestra patria y salir adelante. El TLC con Norteamérica es un paso grande y una responsabilidad que todos asumirán.
Soy el costarricense más importante del siglo XX, y apoyo el TLC.